Paradoja relacional



Marcela Gasperi 2008

El instinto en unión con la reflexión permite un conocimiento profundo que hace posible superar las barreras interpuestas por el lenguaje y da origen a la Acción. En el yo interior los estados de conciencia se funden y se organizan en una unidad que no es espacial, sino que posee las características de duración e identidad. La percepción totalizadora, vive en sucesión continua, enlaza el presente con el pasado no altera las vivencias, sino que las armoniza. Esta experiencia profunda es la intuición, el tomar conciencia como una creación continua de sí mismo. Autocreación indefinida.


Esta duración es la totalidad de lo vivido, pura espontaneidad y creatividad. El hombre movido por la intuición se centra en lo presente y está orientado hacia la acción. Este conocimiento, concibe el universo como un proceso eterno, un "devenir" que preserva el pasado y crea el futuro. El mundo no es fijo, sino que se mueve eternamente, evolucionando en equilibrio eterno.


El Espacio-Tiempo, por el hecho de contener y engendrar a la conciencia, es de naturaleza convergente. Lejos de excluir, lo Universal y lo Personal crecen en el mismo sentido y culminan simultáneamente el uno en el otro paradójicamente en un sistema de red. Los lugares y los no lugares no existen. Los espacios son el producto de relaciones, interacciones -entre el hombre y la tierra, y entre los hombres- y sobre todo de la conciencia de esas relaciones.


La vida es ascensión de conciencia de unidad que conduce a esta creencia. El mundo se presenta entonces como un tejido de aconte-cimientos en el que conexiones de distintas índole alternan , superponen o combinan.


La multiplicidad de relaciones móviles en el escenario social en forma abierta emite y recibe información desde / hacia el exterior de cada red, flexible y variable. La persona puede cambiar distintas posiciones simultáneamente abriendo oportunidades de vínculos, tanto creativos como expresivos. La unión de la identidad y la autonomía es el reconocimiento de uno mismo que se produce a través de la interacción con los "otros" y su hábitat .


En una acción abierta, se puede acceder a diversas formas de participación, cuando el integrante de la red juega un doble rol de receptor-emisor adquiere un sentimiento de pertenencia en los ámbitos que integra. Las interacciones no son estáticas, están en continuo movimiento si hay "voluntad creativa".

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