La materia impone su propia forma a las formas

“El trabajo surge del trabajo, no se trata de inspiración sino que al tratar de resolver un problema, a menudo se da con nuevas propuestas y nuevas formas. No es que haya de pronto un nuevo paradigma que rompa con el pasado.” Richard Serra


“Trabajo todo el tiempo con mis manos. Estas no son obras que se hagan en el monitor de una computadora. Si algo soy es un hacedor de modelos, todo mi trabajo lo hago a partir de modelos de entre una pulgada y un pie. Nunca dibujo mis piezas, sino que las modelo y una vez que las termino y estoy satisfecho con ellas entonces se hacen los dibujos y son enviados para ser calculados y eventualmente fabricados en una acerería."
"Montar una obra no fue cosa fácil, toma mucho trabajo y esfuerzo, pero finalmente es un trabajo metódico y sistemático. Cada una de las planchas puede sostenerse por sí misma en equilibrio (...)
Es importante señalar que esfuerzo sin pensamiento es labor sin redención.”


“No pienso en laberintos cuando hago mis piezas; me gustan y me interesan los laberintos, pero no construyo en relación a ellos. Nadie se va a perder dentro de una de mis piezas. Lo que a mi realmente me interesa es la construcción de espacios, y el acero es el material que me permite crear estos espacios y me da la facilidad de fabricar formas muy particulares. Pero el acero es sólo la envoltura, es la piel de los espacios. Lo importante es el movimiento y las sensaciones, no el volumen ni el peso. La materia impone su propia forma a las formas. Con cemento o tabiques u otro material no podría crear la misma sensación que me permite crear el acero”.


“Alguna continuidad existe pero las piezas no imponen una narrativa particular, no obligan al espectador a comportarse de alguna manera específica ni a seguir un recorrido determinado. Por el contrario, el espectador puede hacer lo que quiera, caminar al lado de la pieza, entrar, salir, hacer lo que se le ocurra. Cada uno reinventa su propia experiencia con la pieza. Una vez que el trabajo se baja del pedestal e interfiere en el espacio del visitante, pueden suceder un número de cosas. Cada persona trae su propio bagaje a la experiencia y por tanto lo vive de su propia manera. Como se trata de un espacio público, la obra provoca ideas y pensamientos que probablemente no ocurrirían en otro espacio y ante otro tipo de obra. Aquí lo público y lo privado conviven de maneras inesperadas. Yo no hago mis esculturas con la finalidad de tornarlas espacios de flujo masivo de personas (…)”

“Mi trabajo comenzó a ocupar el espacio público y a intervenirlo desde muy temprano en mi carrera. Recuerdo que durante los años 70 estaba trabajando con Jasper Johns, creando una pieza, cuando se me ocurrió poner una lámina en un rincón. A partir de ese acto comencé a entender de manera diferente el espacio y comencé a apropiarlo de otra manera."


“El metal continúa oxidándose por unos 8 a 10 años y después se detiene el proceso de oxidación y deja de cambiar la apariencia, que adquiere un tono café, casi ámbar, entonces el color se vuelve uniforme. Mucha gente insiste en especular al respecto de la coloración de las superficies, pero en realidad es una pérdida de tiempo, ya que aún está en proceso de transformación.”


“No es mi intención ni me interesa el vértigo o el mareo. Es cierto que algunas personas lo sienten y se debe a la ausencia de líneas verticales con las cuales el visitante se pueda orientar. No hago esculturas para afectar o para crear efectos.”

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